No podemos aceptar que el poder pueda apartar a nadie de la escena política, a menos que sea por una razón válida. No podemos concebir elecciones descalificando a los adversarios“, dijo el expresidente ante una multitud de partidarios.

Bolsonaro, con una camiseta amarilla de la selección brasileña de fútbol, símbolo del que se apropiaron los bolsonaristas, fue declarado inelegible el año pasado hasta 2030 acusado de desinformación. Es objeto de una investigación sobre un supuesto “intento de golpe” para evitar su derrota electoral en 2022 ante el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, pero ha vuelto a negar cualquier implicación.

“¿Qué es un golpe de Estado? Tanques en las calles, armas, complots. Nada de eso ocurrió en Brasil“, dijo, añadiendo que pedía “una amnistía para los pobres tipos que están presos en Brasilia” tras saquear la sede del poder el 8 de enero de 2023, una semana después de la toma de posesión de Lula. En su discurso, también volvió a calificarse de “perseguido”.

También vestidos de verde y amarillo, sus partidarios se congregaron en masa en la Avenida Paulista, vía emblemática de la mayor metrópoli de América Latina. Los organizadores esperaban unas 500,000 personas.

“No, no tiene nada de golpista. No ha dado ningún golpe contra nadie. Creemos que es inocente. Nos lo dice el corazón. Son ellos los que han montado una operación de choque. Infiltraron gente. Y arrollaron a los brasileños que luchaban por la verdad“, dijo a RFI uno de sus seguidores presentes en la manifestación.

Por dahemont

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